Queso Manchego




Si hay un producto en Castilla-la Mancha que por sus características le han dado personalidad gastronómica, éste es, sin lugar a dudas, el Queso Manchego. Ya Miguel de Cervantes menciona el queso de La Mancha. El queso de La Mancha se produce en las provincias de Albacete, Ciudad Real, Cuenca y Toledo. Para que un queso se pueda llamar así, tiene que ser fabricado en esta Región delimitada por el “Consejo Regulador de Queso Manchego” y las ovejas de las cuales se extrae la leche tienen que pertenecer a la “Raza Manchega”, originaria de esta zona.
Los quesos de La Mancha se pueden clasificar en dos especies: los tradicionales y los industriales. Mientras que los tradicionales son productos de una elaboración artesana y necesitan hasta un año para madurar, los industriales tienen tiempos de maduración de, mínimo, 60 días. Todos los quesos que tienen el título de La Mancha deben cumplir unas reglas estrictas que definen las características del queso manchego.
Además de comer el queso como alimento en sí, acompañándolo con pan y un buen vino, también se usa acompañando a diferentes platos y postres. En los recetarios españoles de los siglos XVI al XVII existía una extensa cantidad de recetas con el queso como base. En la actualidad, cada día más, se está popularizando su uso para la preparación de exquisitos platos para el deleite de los amantes de esta “joya de la gastronomía española”.